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Puede parecer extraño que las primeras indicaciones para un orador sean esas, antes que hablar de la presentación, posición del cuerpo, los ojos y las manos, que es lo que se suele hacer.
Incluso parece que en eso consiste ser un orador, en saber mover las manos y templar la voz. Las múltiples elecciones que estamos padeciendo en España nos proporcionan ejemplos de análisis de discursos que se quedan en la corteza de los mismos, otros, ciertamente, que indagan en lo que esos discursos tienen de persuasivos.
La actuación es una parte de la oratoria considerada ya desde los clásicos, junto a:
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