Todos tenemos
la capacidad de hablar bien. Se desarrollará según el “entrenamiento” que
hagamos, el empeño que pongamos en ello. Los deportistas no confían solo en su
naturaleza, sino que dedican mucho tiempo y esfuerzo para mejorarla, para
ponerse en forma y mantenerse en ella. Detrás de un atleta hay muchas horas de
trabajo y preparación, años de continuo empeño. Igualmente sucede con un buen
músico, o un científico o un médico.
Aprendemos a hablar de manera natural mediante un esfuerzo continuado y un largo entrenamiento porque nos resulta necesario. Constantemente nos expresamos a través del lenguaje
con todo tipo de gente, desde nuestros más allegados hasta las personas a quienes pedimos la hora
de paso en apenas un segundo. En todos esos casos, pretendemos conseguir algo
mediante la palabra: información, aprecio, comunicación... El lenguaje es
nuestra manera de poner en contacto nuestro mundo con el mundo de las demás
personas.
El arte de hablar en público, que los
griegos llamaron retórica y los latinos oratoria, consiste en potenciar
nuestras cualidades, aquellas que ya tenemos, para sacar el máximo partido y poder conseguir cosas de los demás.
EL ARTE DE
HABLAR EN PÚBLICO CONSISTE EN BUSCAR EN CADA CASO
LO APROPIADO PARA PRODUCIR LA PERSUASIÓN DE QUIEN ESCUCHA
No pierda de vista esta definición.
La dio Aristóteles hace ya 2500 años, y sigue siendo válida para los abogados,
publicistas, empresarios, negociadores, oradores y todo aquel que precise de la
palabra para ponerse en comunicación con otros, especialmente por motivos
profesionales.
Una de las claves del éxito del mundo
actual reside en hablar bien. Aún más, hablar bien en todo tipo de contextos y
circunstancias. Si los terrenos tradicionales de la oratoria eran la política o
la abogacía, ahora se han sumado las relaciones comerciales, la docencia, aquellos procedimientos que requieren intercambio de información
sólida con argumentos bien construidos. La importancia de la comunicación en
nuestros días ha aumentado, si cabe, el valor de la palabra efectiva.
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