domingo, 11 de septiembre de 2016

ESTRATEGIAS PARA ELABORAR DISCURSOS

“Hay personas que empiezan a hablar un momento antes de haber pensado”
Jean de la Bruyère

Exponemos ahora cuatro pasos para crear un discurso que se fundamentan en algo tan sencillo como pararnos a pensar antes que ponernos en movimiento. Las palabras se alimentan del fondo nutricio del pensamiento, la memoria, la experiencia.

 1. Pensamiento salvaje

Se trata de dedicar unos momentos a estar quieto y callado concentrado en el asunto del que tenemos que hablar. Quizá la primera intención sea la de empezar a coleccionar notas, o a escribir algunas o a buscar cierta información que recordamos haber visto…. Pararse a pensar, pero de la manera que se describe en el punto 2.

2. Dejar fluir nuestras emociones y pensamientos

¿Por qué este paso? ¿No hemos afirmado que se trata de pensar? Así es, en efecto, pero pensar en los seres humanos no sucede como en los ordenadores, atados a procedimientos lógicos, fríos y ajenos. Hay que dejar fluir nuestra mente, sin barreras, sin autocensuras.

“Hay personas que parecen no pensar más que tonel cerebro, o con cualquier otro órgano que sea el específico para pensar; mientras otros piensas con todo el cuerpo y toda el ama, con la sangre, con el tuétano de los huesos, con el corazón, con los pulmones, con el vientre, con la vida” (Unamuno, Del sentimiento trágico).

Emociones, sentimientos, voluntad se anudan con nuestros pensamientos más racionales, sólo con una cierta violencia conseguimos separarlos.
emociones

3. Comprender el problema

El pensamiento se centra en el problema. Al fin y al cabo, este es el objetivo. Incluso si ha hablado ya varias veces sobre algo en concreto, el hecho de pararse a pensarlo le proporcionará más solidez o una mejor comprensión. Pero no se trata sólo de comprender el problema en sí mismo considerado, sino en relación con las personas a quienes se va a dirigir, Para ajustarlo a sus intereses y capacidades, a aquello que puede hacerles recibir mejor su discurso
4. Consultar con lo que sabemos

Con nuestra experiencia o la de otros. A veces se trata de leer, otra manera de dialogar con alguien que vivió antes que nosotros. Antes de consultar literatura técnica sobre el asunto, hacer acopio de datos y empaparse de lo propio de nuestra profesión, una consulta pausada con otras personas o con nosotros mismos, nuestras experiencias anteriores, esa reflexión que nos llamó la atención de algún filósofo, lo que sabemos que le sucedió a un amigo o conocido, producirá frutos inesperados.

SI TIENE POCO TIEMPO PARA LEER, LEA POCO Y PIENSE LO QUE LEE

5. Elaborar el discurso
 
Este paso se da al final y más adelante diré como. Pero lo ya aviso que es necesario escribir:

“Es  necesario, por tanto, escribir con el mayor cuidado posible y mucho en cantidad. Porque igual que la tierra, profundamente cavada, se hace más fecunda para producir y hacer crecer las semillas, así el progreso, no sacado de lo que es superficial, dispensa con mayor abundancia los frutos del estudio y los conserva con mayor seguridad”(Quintiliano, Institutio, X, 3, 1).

Al escribir comenzará a encauzar el pensamiento que brota libre y disperso. Le trazará un surco por donde irá discurriendo ese arado de tinta que es el bolígrafo, con el que guiará el flujo de sus palabras. Incluso para poder improvisar bien, conviene haber escrito mucho antes.

LA ESCRITURA FORJA LA TRAMA DEL PENSAMIENTO

No hay comentarios:

Publicar un comentario