Detalla Quintiliano algunos consejos sobre la manera de escribir que
no queremos dejar de consignar por lo que tienen de valiosos,
especialmente para quienes quizá no hayan recibido información
específica sobre esto, incluso aunque gran parte de su vida profesional
consista en escribir. Las tareas de un abogado en sus diversas
funciones, también de un juez, tendrán reflejo en escritos de varios
tipos y con mayor o menor relevancia pública, por lo que no se puede
descuidar su ejercicio.
Un0 de los primeros consejos a tener en cuenta consiste en dar tiempo
y en corregir lo escrito. La premura en escribir se suele traducir en
errores, falta de estilo, de contenidos, o de coherencia, sin embargo,
el ejercicio continuado proporciona cada vez mayor facilidad y rapidez
en expresar lo que queremos tal y como lo queremos:
“Pero la situación del orador es distinta. Por eso exijo esta
lentitud y cuidado al principio pues se ha de conseguir y afianzar lo
primero escribir con la mayor perfección posible. El ejercicio dará
rapidez. Poco a poco las cosas se mostrarán con más facilidad, las
palabras serán más ajustadas, la composición seguirá, y finalmente todo,
como en una familia bien gobernada, cumplirá su cometido. En resumen:
escribiendo con precipitación, no se consigue escribir bien; mas
escribiendo bien, se logra escribir rápido.” Inst. X, 3, 10
“El escribir sea al principio incluso lento, aunque con cuidado;
busquemos lo más excelente, y no nos alegremos de lo que se nos pone por
delante de repente; hay que someter a crítica lo que encontramos, y
estructurar adecuadamente lo que estimamos como bueno. Hay que efectuar
una selección de palabras y de contenidos y es necesario considerar la
importancia de cada uno de ellos.” Inst. X, 3, 5